EL FÁSER NARANJA:

TIENE LITERALMENTE UN SOLO TRABAJO

Cuando hay que hacer un trabajo específico, la solución es obvia: se contrata a un especialista. Y cuando quieres añadir un efecto de phaser clásico a tu sonido, es lo mismo: quieres un pedal que haga exactamente eso, y sólo eso. Sin complicaciones, sin alboroto, sin campanas ni silbatos superfluos y, sobre todo, sin intrusiones en ese dulce remolino psicodélico.

Y ahí es donde el Orange Phaser sobresale, con un único dial ajustable para llevar su tono desde los barridos lentos y woozy a los stabs rápidos y picados, pasando por los torbellinos caleidoscópicos y los pulsos krautrocking insistentes, dejando todo lo demás a la ingeniería de precisión de los circuitos de cuatro etapas renacidos de los esquemas originales dibujados a mano. Inspirándose en el clásico “Phazer” de Orangede principios de los años 70 (su nombre reformulado en inglés es tan orgullosamente británico como la construcción del pedal), pero dotado de estándares modernos como un LED y una entrada de 9V DC, y ajustes de circuitos dentro de la caja para reducir el ruido de fondo, el Orange Phaser añade un matizado y cálido giro a su sonido con la máxima simplicidad. Si se utiliza junto con un bajo, el Phaser ofrece una modulación sutil con una vivacidad añadida.

Con el mismo factor de forma y la misma ilustración minimalista que los originales, con un chasis de aluminio resistente como un tanque, un color de bloque y una tipografía art nouveau, un simple vistazo al aparato te transportará 50 años atrás. Entonces, cuando pises la pedalera, el viaje en el tiempo se habrá completado, con la interacción más limpia con un pedal que jamás hayas encontrado. Al fin y al cabo, se trata del Orange Phaser: tiene literalmente un solo trabajo.