A medida que avanza el verano y nos acercamos peligrosamente al final de la temporada de festivales, Orange Amps parece enviarme a una variada y diversa lista de festivales. Esta semana se ha celebrado el Festival de Folk de Cambridge, que lleva en el mismo sitio desde 1965. Siendo de esta parte del mundo, es increíble que en mis 31 años de existencia nunca haya pisado estos terrenos de fábula. Así que pensé en meterme de lleno y ver qué ofrecía el Festival de Folklore.

¡Cuántas actividades!

Ya sea por la diversidad del cartel o por la mezcla de talleres y charlas, es muy difícil quedarse sin nada que hacer en el Festival de Folk de Cambridge. Cuando llegué al lugar el viernes, la segunda etapa estaba en medio de una sesión de yoga y acababa de perder la sesión de T’ai Chi de la mañana en la zona de bienestar, de todos modos había olvidado mi esterilla de yoga. Y cuando le apetezca algo de música, los 4 escenarios musicales le ofrecen de todo, desde bluegrass hasta folk y country.

Sitio para ver

El festival se celebra en el parque Cherry Hinton Hall, que está a 15 minutos del famoso centro de la ciudad. Fue realmente extraño caminar por los suburbios de Cambridge y que luego aparecieran las hileras de carpas para anunciar la entrada al festival. Fue como encontrar una parte desconocida de la ciudad, con escenarios más pequeños repartidos por el camping, los asistentes tienen una gran variedad de opciones. La zona de bienestar está rodeada por un lago y un estanque de patos que contribuyen a crear un ambiente positivo. Los escenarios musicales están lo suficientemente cerca como para estar a poca distancia unos de otros, pero no demasiado cerca como para crear problemas de ruido.

Relajado y amigable

En la mayoría de los festivales a los que asisto por trabajo hay gente que recorre el recinto intentando ver a todos los grupos del cartel y bebiendo su peso en cerveza (sólo quiero decir que no hay nada malo en ello, ¡bebed con seguridad, chicos!) Pero fue agradable ver a la gente relajándose mientras los grupos tocaban y bailando y, en general, pasando un rato agradable. La gente llegó temprano para instalar sus sillas de camping y luego pasó el resto del día disfrutando de los actos. Esto no quiere decir que nadie se moviera, ni mucho menos, el baile del ceilidh estuvo en pleno apogeo durante todo el festival, no os preocupéis que yo no tuve ningún baile.

Las bandas

Al no haber asistido nunca a este festival, me sentí abrumado por el talento de los artistas y la diversidad de los actos. En un momento podías ver al músico de blues Jack Broadbent destrozando y al siguiente, a José González tocando una guitarra de cuerdas de nylon de múltiples capas. Hubo muchos momentos destacados, el set de Graham Nash el viernes, el show de Lucinda Williams el sábado y el blues del desierto de Imarhan el domingo. Podría nombrar otros 10-20 actos, ¡realmente era tan bueno!