Nunca es suficiente

Por Darren Carless

Si eres guitarrista (o cualquier tipo de músico) no hay nada mejor que pararse y admirar tu equipo en toda su gloria (para quien lea esto y no lo haya hecho… es muy recomendable). Es difícil expresar la sensación con palabras… hay algo en el olor de tu amplificador, la visión de los cables serpenteando por el suelo, tu guitarra sentada en su soporte, las luces de tus pedales… simplemente te da una sensación de calidez en tu interior (ya sabes cuál). Pero como guitarrista, ¿cuántas veces te has quedado admirando lo que tienes y has pensado “si tuviera un pedal más” o “si me deshiciera de ese y lo cambiara por este”?

El Síndrome de Adquisición de Engranajes (o G.A.S., como se conoce más comúnmente) no es algo de lo que haya que avergonzarse. De hecho, con las mejoras actuales en los métodos de investigación y la tecnología, los científicos han descubierto que se trata de un “problema” muy común entre los guitarristas. También han podido establecer que la mayoría de las veces la enfermedad le afectará durante toda su vida de guitarrista y, en la mayoría de los casos, es desgraciadamente incurable. No obstante, parece haber alguna esperanza y se han hecho varios descubrimientos clave para controlar la enfermedad. Todavía se están realizando ensayos, pero hasta la fecha el tratamiento más exitoso parece ser la amenaza de violencia física o de divorcio por parte de tu media naranja (nadie sabe muy bien por qué esto parece tener un impacto tan profundo).

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Y así se cumple la 400ª vez que usamos esta foto…

Así que manos arriba… ¿quién tiene G.A.S.? Quien anhela añadir otro pedal a su tabla aunque los que ya tiene no le quepan, o quien se muere por hacerse con la guitarra que necesita para completar su colección, a pesar de que ya tiene todos los modelos imaginables. ¿Necesitamos realmente esa cosa nueva o deberíamos estar contentos con lo que tenemos y dejarlo todo?

Es casi seguro que la vocecita dentro de tu cabeza (llamémosla sentido común) te dirá en todo momento que no necesitas nada más, pero otra vocecita (la pequeña y traviesa) te sugerirá sin duda que podrías mejorar alguna parte de tu configuración.

Ahora bien, desgraciadamente en estos tiempos el sentido común no tiene mucho apoyo (más que el de la mencionada media naranja y en la mayoría de los casos no necesita mucho más). La expansión de Internet y la tecnología inteligente (p. ej., teléfonos móviles, tabletas, etc.) hacen que hoy en día podamos conectarnos en cualquier momento o lugar y comprobar las novedades en el mundo de las guitarras y los amplificadores, lo que está a la venta y dónde, e incluso hacer una comparación de precios y tener en cuenta varias reseñas, todo ello antes de que lo hayamos pensado realmente. Ya no es como en los buenos tiempos en los que tenías que visitar la tienda de música local (que solía estar a una hora de distancia) o conocer a alguien que conocía a alguien para satisfacer tu G.A.S.

Los fabricantes tampoco ayudan a la situación. Alimentan constantemente nuestros deseos lanzando nuevos modelos o versiones actualizadas de los clásicos. Siempre hay una nueva edición (o una edición especial limitada) del mismo pedal, guitarra o amplificador con mandos adicionales e interruptores extra, que se ha perfeccionado y mejorado desde su encarnación anterior utilizando la última tecnología y materiales disponibles.

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O la tecnología y los materiales más antiguos disponibles

Como guitarristas, diremos que se trata de la búsqueda del tono… pero eso es otra historia (de hecho, véase nuestro artículo anterior). Justificaremos el gasto diciendo que no acabamos de encontrar lo que buscamos, o que lo que tenemos no hace lo que debería, y sin duda siempre afirmaremos que nuestra última compra es “la” compra, que cumplirá todas las expectativas y que nunca más necesitaremos comprar nada parecido (¿te suena?). Todos lo haremos también de forma diferente, porque cada uno de nosotros tiene su pequeño nicho que nos impulsa. Para algunos serán las guitarras, para otros los pedales… ¡hay tantas cosas!

Pero todo esto no pretende disuadirte de ampliar o mejorar tu colección de equipos. Después de todo… cambiar de equipo y conseguir nuevos juguetes con los que jugar es parte de la diversión. Pero la próxima vez que sientas que el síndrome de ansiedad generalizada aumenta… detente y pregúntate: ¿realmente necesito esto? ¿Me hará más feliz? ¿Realmente me permitirá hacer algo que no pueda hacer ya? ¿O se trata simplemente de un paréntesis hasta la próxima vez? Sólo tú sabes…