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Reflexión sobre 50 años

Martin Celmins – Autor de El libro de la naranja

Escudo del 50 aniversario

Al repasar las páginas de The Book of Orange y Building the Brand, y al recordar las muchas horas de entrevistas con Cliff Cooper que han proporcionado la estructura de ese libro, así como los detalles, hay un tema principal que recorre la trayectoria de la empresa, que ahora está en su sexta década. A saber, que Orange ha prosperado cuando sus productos -y la inspiración que los creó- asumieron riesgos y abrieron nuevos caminos, pero el éxito fue más limitado cuando, en ocasiones, la empresa aparentemente siguió las tendencias.

Un hecho sobre los cincuenta años de Orange en el negocio que no es generalmente conocido es que han producido amplificadores durante todo ese tiempo. Después de que la empresa cerrara en 1979, los amplificadores Orange siguieron fabricándose a mano en cantidades muy reducidas, durante toda la década de 1980. Cliff se refiere a esto como el periodo de “cocción a fuego lento” de la empresa.

Dice mucho de la fuerza y el poder de permanencia de la marca Orange en todo el mundo que, a mediados de los años 90, Gibson Corporation aprovechara la oportunidad de fabricar bajo licencia la gama de productos clásicos de Orange de mediados de los años 70. Sin embargo, los años “retro” de Gibson/Orange sólo tuvieron un éxito moderado. ¿Por qué? Porque Orange nunca ha sido una marca retro: su imagen y su estilo aún resuenan claramente con la psicodelia de los años 60, pero a partir del amplificador “Pics Only” de 1971 la perspectiva de la empresa siempre ha sido mirar hacia la tecnología del futuro.

El lanzamiento en 1975 del primer amplificador programable digitalmente del mundo, el OMEC Digital, es otro ejemplo. Pero, por el contrario, la introducción de la gama de amplificadores Series Two en 1979 hizo que Orange siguiera de forma poco habitual las tendencias de estilo de los amplificadores de finales de la década de 1970, y la gama no tuvo un gran éxito.

Los logros pioneros de Orange en la primera década de este milenio empezaron a producirse muy poco después de que Cliff volviera a dirigir la empresa en 1998. En ese momento se hizo a sí mismo y a sus colegas dos preguntas vitales: “¿qué hay de nuevo y qué es lo siguiente?”. La respuesta llegó en forma de la serie AD, y con estos galardonados amplificadores y combos Orange regresó firmemente al futuro.

Desde entonces, la enorme inversión de la empresa en I+D de transformadores, el estilo y las características de la gama Tiny Terror y, más recientemente, el diseño de las cajas acústicas para bajos Isobaric, son tres productos muy diferentes que son el resultado de un mismo enfoque: a saber, que la marca Orange siempre tendrá que ver con el futuro, y con el futuro visto en un contexto global de fabricación. La voz del mundo.

Para subrayar esta forma de pensar, el producto final que aparece en Building the Brand es el OPC, el primer ordenador-amplificador de guitarra del mundo diseñado específicamente para el músico. Leer todo sobre el desarrollo del OPC desde su concepto inicial hasta la fase de producción… aquí tiene una idea y un producto que es Orange hasta la médula.

¡Por los próximos 50 años!