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Nuestra entrevista con Dale Tonks de Wolf Jaw.

Procedentes del Black Country, Wolf Jaw enarbolan la bandera de, como ellos mismos describen, “un rock and roll atronador”. Al escuchar sus enormes canciones y riffs, es inevitable imaginar que sus directos son una fuerza a tener en cuenta. El bajista Dale vino a probar nuestros amplificadores y el O Bass y quedó impresionado. En esta entrevista habla de los accidentes de BMX, de las pilas de Orange y de la fiabilidad de los amplificadores.

Hola, soy Dale Tonks y soy el bajista de Wolf Jaw.

Solía montar en BMX con el guitarrista y, de hecho, me rompí la pierna y estuve seis semanas sin ir a la escuela. Acabé escayolado y mi padre fue a comprarme un bajo y me regaló un disco de Black Sabbath. Así que lo escuché y desde entonces todo lo que he querido hacer es tocar como Geezer Butler, los tonos que consigue y todo el tema de Black Sabbath es increíble.

Estoy usando el OBC810, esa cosa es un monstruo, realmente se suelta, saca toda la claridad y los medios, obtienes ese extremo inferior que conduce directamente a través de ti, es increíble. Tocar el AD200 aporta mucha claridad al sonido y ha sido algo que hemos podido trabajar con el Custom Shop 50 y el AD200 juntos, es algo que hemos podido elaborar juntos. Los tonos simplemente funcionan, no se puede describir teniendo un amplificador de bajo de válvulas completo es completamente diferente a cualquier otra cosa. Cuando intentas bajar y tocar algo más tranquilo, consigues la claridad. Y cuando quieres ir a por todas, ahí es donde está el impulso.

Cuando tienes la fiabilidad y la claridad que te da Orange, he tenido amplificadores que me han fallado antes, pero nunca me ha fallado un Orange. Sólo por tener esa fiabilidad detrás de ti, además de que son geniales en el escenario. No voy a mentir cuando tienes una pila en un lado y el AD200 y el 810 en el otro, se ve increíble.

La semana pasada estuve haciendo el Sweden Rock y volar hasta allí y saber que tienes ese sonido detrás, ese tono no cambia, es así y siempre lo será. Llegas allí y es tan simple, no tienes que configurarlo, para cambiar tu tono es un giro de cuatro o cinco perillas y eso es todo lo que necesitará ser. Eso es lo que me hizo entrar en el amplificador, la simplicidad, no necesito poder ecualizar cada etapa de mi sonido. Sólo quiero llegar allí, ponerlo en marcha y saber que el sonido va a estar ahí, a tope, hasta el final. Esa es la parte más agradable de tener un Orange para ser honesto.