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Diario de viaje: Radio Moscú – Día 1

Primer día en la carretera con Radio Moscú y actualmente estoy a punto de morir por intoxicación etílica y malas decisiones.

Para empezar, anoche tocaron en el Borderline de Londres con todas las entradas agotadas y con el apoyo de los legendarios Groundhogs, y debo decir que tener a los Groundhogs como teloneros es muy bueno – y muy valiente, ya que estos tipos pueden romper la mierda y lo han estado haciendo durante décadas, incluso antes de que cualquiera de los chicos de Moscú naciera. Era la tercera vez que veía a Groundhogs, y no hace falta decir que dejaron grandes botas que llenar. Por suerte, Radio Moscow también son muy buenos y han dejado a todos los presentes boquiabiertos desde la primera canción. Era la primera vez que los veía, y estoy encantado de poder volver a verlos esta noche. Y mañana. Y el jueves. Luego, dos veces más en octubre. Así es, no hay que deshacerse de mí ahora para estos tipos.

Tras el concierto de anoche, derramé una botella entera de rancho sobre mí mismo entre bastidores antes de aventurarme a ir al bar de mala muerte más sucio de todos, el Crobar. Un lugar al que se acude para perder la dignidad, la memoria y las pertenencias personales, y puede que no sorprenda que después todo esté un poco borroso. Latas de raya roja, bolsas de patatas fritas en la máquina expendedora del pasillo del hotel, escuchar Dirty Tricks y quedarse dormido en el suelo. Hasta ahora creo que he causado una gran impresión a todo el mundo, y está yendo muy bien.

La mayor parte del día la hemos pasado en la furgoneta con una horrible resaca, y lo mejor del día ha sido una parada en un pub de Kent donde se celebran noches de tributo a Freddie Mercury, Michael Bublé, Elvis y, por supuesto, Tina Turner. El siguiente nivel de entretenimiento está ahí, así que volveré cuando esté cansado de este psych rock de San Diego y tenga ganas de una mejora.

Por el momento, acabamos de llegar a Hastings para encontrarnos con que el local está en la segunda planta, y hemos tenido que cargar un montón de amplificadores a través de tres tramos de escaleras, y como todos sabéis, los amplificadores Orange son buenos como el oro, pero jodidamente pesados como el plomo. Aun así, los ánimos son altos y, mientras escribo, los chicos se están preparando para la prueba de sonido. Mañana estaremos en The Exchange en Bristol, seguido por The Castle y Falcon en Birmingham el jueves, y espero que haya ascensores y no se derramen condimentos.